¿Criterios objetivos?
Los criterios objetivos en la contratación pública son aquellos parámetros cuantificables y medibles de forma automática, basados en cifras o porcentajes, que permiten evaluar las ofertas de manera imparcial y transparente, garantizando la igualdad, no discriminación y competencia efectiva.
Los criterios de adjudicación en la contratación pública juegan un papel crucial en la selección de la oferta más ventajosa. Estos criterios deben estar vinculados al objeto del contrato y pueden clasificarse en dos grandes tipos: económicos y cualitativos. Los criterios económicos se centran en aspectos como el precio, los costes o el cálculo del coste del ciclo de vida. Por otro lado, los criterios cualitativos pueden incluir la calidad, las características estéticas y funcionales, la accesibilidad, así como aspectos medioambientales y sociales.
Para garantizar la objetividad, los criterios de adjudicación deben formularse de manera que permitan una evaluación basada en la competencia efectiva. Esto implica que deben ser claros, transparentes y proporcionales, evitando conferir al órgano de contratación una libertad de decisión ilimitada. Además, es esencial que los criterios estén suficientemente especificados en los pliegos de cláusulas administrativas particulares o en el documento descriptivo, y que su aplicación se justifique adecuadamente en el expediente de contratación.
La Ley de Contratos del Sector Público establece que, salvo en casos excepcionales donde el precio pueda ser el único criterio, la adjudicación de los contratos debe realizarse utilizando una pluralidad de criterios basados en la mejor relación calidad-precio. Esto incluye tanto criterios económicos como cualitativos, y su ponderación debe reflejar la importancia relativa de cada uno de ellos para el contrato en cuestión.