¿Cuáles son las fases generales de un proceso de licitación pública y cuáles son los hitos clave para un posible licitador?

El proceso de licitación pública en España se estructura en varias fases clave, desde la preparación y publicación de la licitación hasta la adjudicación y formalización del contrato. Los hitos clave para un posible licitador incluyen la identificación de la licitación, la preparación y presentación de ofertas, la espera de la adjudicación y la formalización del contrato.

El proceso de licitación pública comienza con la preparación de la licitación por parte de la entidad pública, que incluye la definición de necesidades, la elaboración de los pliegos de condiciones y la estimación del presupuesto. Este es un momento crucial para los posibles licitadores, ya que deben estar atentos a las publicaciones en las plataformas de contratación para identificar oportunidades que se ajusten a su perfil y capacidades.

Una vez publicada la licitación, se abre el plazo para la presentación de ofertas. Durante este periodo, los licitadores deben preparar y presentar sus propuestas, asegurándose de cumplir con todos los requisitos y condiciones establecidos en los pliegos. Es importante destacar que el plazo de presentación de ofertas varía según el tipo de procedimiento, pero suele situarse entre dos y tres semanas, con excepciones en los contratos negociados donde puede prolongarse por encima del mes.

Tras el cierre del plazo de presentación, se procede a la evaluación de las ofertas. Este es un periodo de espera para los licitadores, durante el cual la entidad adjudicadora analiza las propuestas según los criterios de adjudicación establecidos. La duración de esta fase puede variar significativamente dependiendo de la complejidad de la licitación y del tipo de procedimiento utilizado.

Finalmente, una vez completada la evaluación, se realiza la adjudicación del contrato al licitador que haya presentado la oferta más ventajosa. La formalización del contrato suele solucionarse en menos de dos semanas después de la adjudicación, momento en el cual se establecen de manera definitiva los términos y condiciones bajo los cuales se ejecutará el contrato.

Es importante para los licitadores tener en cuenta que la duración del proceso de licitación puede variar considerablemente en función del tipo de procedimiento y del importe del contrato. Los contratos de mayor cuantía tienden a tener plazos de tramitación más largos, mientras que los procedimientos simplificados y con menor competencia suelen ser más rápidos.