Suspensión de los contratos
La suspensión de los contratos en el sector público español se regula de manera que protege tanto a la administración como al contratista, estableciendo causas específicas para la resolución de contratos y detallando las indemnizaciones aplicables en caso de suspensión.
Cuando un contrato es suspendido, ya sea por decisión de la Administración o por circunstancias contempladas en la ley, se debe extender un acta que refleje las circunstancias de la suspensión y la situación de ejecución del contrato en ese momento. Esta acta es crucial para el proceso de indemnización al contratista por los daños y perjuicios sufridos debido a la suspensión.
Las indemnizaciones cubren diversos conceptos como gastos por mantenimiento de la garantía definitiva, indemnizaciones por extinción o suspensión de contratos de trabajo, gastos salariales del personal necesario durante la suspensión, alquileres o costes de mantenimiento de maquinaria, instalaciones y equipos, y los gastos de las pólizas de seguro vinculadas al contrato. Estos gastos solo serán indemnizados si se demuestra fehacientemente su realidad, efectividad e importe, y siempre que estén documentados en el acta de suspensión.
Las causas específicas de resolución de los contratos varían según el tipo de contrato (obras, suministro, servicios), incluyendo el desistimiento y la suspensión de la ejecución por plazos determinados, que pueden dar lugar a la resolución del contrato. Además, en caso de suspensión definitiva o por plazo superior a ocho meses de las obras iniciadas por parte de la Administración, el contratista tiene derecho a una indemnización que incluye el valor de las obras efectivamente realizadas y un porcentaje del precio de las obras no realizadas en concepto de beneficio industrial.