Medición realmente ejecutada

La medición realmente ejecutada se refiere al proceso de cuantificar las unidades de obra que han sido efectivamente realizadas conforme al proyecto, una vez que las obras han sido recibidas. Este proceso es esencial para la certificación final y el pago al contratista.

La medición realmente ejecutada se lleva a cabo después de la recepción de las obras. El director de la obra, con la asistencia del contratista, realiza esta medición dentro del plazo de un mes desde la recepción, aunque este plazo puede extenderse en casos excepcionales según lo establecido en el pliego de cláusulas administrativas particulares.

Durante la medición general, se utilizan datos complementarios como la comprobación del replanteo, los replanteos parciales, las mediciones efectuadas desde el inicio de la obra, el libro de incidencias y el de órdenes, entre otros. Estos datos son necesarios para asegurar que la medición refleje con precisión las obras ejecutadas.

El resultado de la medición se documenta en un acta firmada por el director de la obra y el contratista. Si el contratista no asiste, el acta se le remite posteriormente. El contratista tiene un plazo de cinco días hábiles para manifestar su conformidad o expresar reparos al resultado de la medición.

Las reclamaciones sobre la medición deben dirigirse por escrito al órgano de contratación a través del director de la obra, quien las eleva con su informe en un plazo de diez días hábiles. La certificación final se expide y tramita dentro de los diez días siguientes al término del plazo de medición, y el órgano de contratación debe aprobarla dentro de dos meses desde la recepción de la obra.