suspensión del contrato
La suspensión de un contrato en el sector público implica la paralización temporal de las obligaciones contractuales, pudiendo ser acordada por la Administración o resultar de circunstancias previstas en la ley. Esta situación activa el derecho del contratista a ser indemnizado por los daños y perjuicios efectivamente sufridos, bajo ciertas condiciones y limitaciones específicas.
Cuando se acuerda la suspensión del contrato, ya sea de oficio o a solicitud del contratista, se debe extender un acta que consigne las circunstancias que la han motivado y la situación de hecho en la ejecución del contrato. Esta acta es fundamental para documentar el período de suspensión y es un requisito para el abono de los daños y perjuicios al contratista.
Los daños y perjuicios indemnizables se limitan a conceptos específicos como gastos por mantenimiento de la garantía definitiva, indemnizaciones por extinción o suspensión de contratos de trabajo, gastos salariales del personal adscrito al contrato durante la suspensión, alquileres o costes de mantenimiento de maquinaria, instalaciones y equipos, y gastos correspondientes a las pólizas de seguro suscritas. Estos conceptos solo serán indemnizados si se acredita fehacientemente su realidad, efectividad e importe.
Concepto Indemnizable | Detalle |
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Gastos por mantenimiento de la garantía definitiva | - |
Indemnizaciones por extinción o suspensión de contratos de trabajo | - |
Gastos salariales del personal adscrito al contrato | Durante el período de suspensión |
Alquileres o costes de mantenimiento de maquinaria, instalaciones y equipos | Si no pudieron ser empleados para otros fines |
Gastos de pólizas de seguro | Vinculados al objeto del contrato |
La indemnización solo cubrirá los períodos de suspensión documentados en el acta correspondiente, y el derecho a reclamar prescribe en un año desde que el contratista reciba la orden de reanudar la ejecución del contrato.